Bar 8: Fátima, Nikolai, Saeko, Gengar, Saxor, Guilmon, Celeste, Malik, SaitoLos niños se pusieron en marcha con rapidez. Akio intentó llegar al teléfono hasta que se dio por vencido con aquella altura ridícula. Saito y Xayim partieron una botella y se rajaron la mano con los cristales que salieron despedidos (¡a los niños no hay que darles objetos peligrosos!). Celeste encontró cuatro palos de billar con los que bloquear algunas de las ventanas. Dos, sin embargo, se quedaron libres. Malik llamó por teléfono a Ronin y este no le hizo caso. Pensaba que era una broma de Ariasu y el niño no tuvo tiempo para razonar con él.
Entre varios apilaron todas las mesas y las sillas frente a la puerta con rapidez. Todo empapado de alcohol, por si acaso (Nikolai y Saic no encontraron ni una mísera botella que contuviera agua). Y funcionó. Cuando los adultos llegaron, embistieron contra ella sin éxito. Sin embargo, a su disposición solo encontraron botellas para defenderse.
—
¡Hablemos! ¡Qué es lo que queréis hacer, ¿secuestrar a unos niños?! ¡Tenemos familias en nuestras casas! ¿Es que vais a devolvernos o pensáis hacer otra cosa?―
¡Ja! ¡Dad gracias de que la alcaldesa os vaya a conceder el perdón y a daros una nueva vida! ―le respondieron al otro lado―.
Hasta hace poco no erais unos niños y no finjáis lo contrario. ¡Y aun así hacíais un montón de gamberradas en otros mundos!―
Cállate, Lucas, no tiene sentido razonar con ellos. Y de todas formas lo olvidarán todo al amanecer ―le regañó una mujer.
Continuaron golpeando la puerta e intentando que cediera la barricada. Supieron que habían desistido cuando pasaron a las ventanas. Con alguna de las cañas que se habían traído rompieron los cristales (a distancia), pero las barras a modo de palanca impidieron que abrieran. De hecho, podían golpear a alguna de las manos que se colaron si así les apetecía.
Hasta que uno de los adultos encontró una de las ventanas no protegidas. Rompió el cristal, coló la mano y tanteó el cierre. Acto seguido, un hombre paliducho y bajo se escurrió por la ventana al interior. Para entonces los niños estarían de sobra preparados, puesto que sabrían de sus puntos débiles y querían un rehén. Las cosas aun así no salieron como tenían previstas.
Nada más entrar, el hombre se resbaló con el charco de alcohol que se había esparcido por un buen trozo de suelo hasta esa ventana. Cayó y, dos niños bajo una de las últimas mesas le picaron los pies, destrozándole un tendón en cada uno con botellas rotas. El adulto aulló de dolor, aunque su sufrimiento estaba a punto de acabar. Al escucharle, otro con mejor equilibrio entró por la ventana; y otro más halló la última ventana desprotegida, siguiendo el mismo proceso.
Dos rayos se dirigieron hacia el alcohol para neutralizar a los que llegaban. Los tres adultos se convulsionaron de pronto, electrocutados por la corriente, hasta caer redondos. No volverían a moverse en toda la noche. Ni nunca, de hecho.
La cabeza de un hombre se asomó por la ventana desprotegida, vio el panorama y exclamó:
―
¡Han matado a Paquita, Amador y Ronaldo! ¡Asesinos!Entonces una de las ventanas protegidas reventó por el golpe de un hacha, que golpeó directamente el cierre. Se habían acabado los juegos. Y se montó el caos. Otra ventana más estalló por el hacha, mientras por la primera entraban dos adultos de uno en uno. A juzgar por las voces, algunos iban quedarse fuera porque no cabían en los agujeros. En cualquier caso, eran nueve contra dos, pero poco a poco entrarían más.
Se defendieron bastante bien con las botellas. Los adultos eran notablemente más fuertes que ellos; sin embargo, les superaban en número y cada vez que agarraban a uno para colarlo por la ventana podían detenerlo a base de golpes en la entrepierna, mordiscos y arañazos. Aun así consiguieron coger a uno de los aprendices y lanzarlo por la ventana para que lo recibieran los del exterior: Malik.
En cuanto la sala comenzó a albergar más y más adultos, se darían cuenta de que no podrían contenerlos durante más tiempo. Defendiéndose unos a otros podrían escaparse por las mismas ventanas que usaban los adultos para entrar lograrían salir. Por si eso fuera poco, como regalo de despedida Guilmon quemó el alcohol, que sorprendió a varios e incendió a un par.
―
¡A la mierda el plan! ¡Vamos a llevárselos al alcalde y que él imparta justicia! ―Escucharían vociferar.
Estaban a las afueras del edificio, cuya entrada ardía. Habían sacado a Akio y a Asah, ahora sin dueño, y se habían quedado tres adultos fuera. Uno había estado golpeando la puerta en solitario y, claro, cubierto ahora de llamas y rodando por el suelo podían dejarlo fuera del recuento de peligros. Sin embargo, resultó que fuera estaba la mujer del hacha, la misma que había regañado a Lucas, enarbolándola contra ellos. Los demás estaban de nuevo saliendo por las ventanas, más despacio que los niños por su volumen, así que ¡tendrían que actuar rápido de nuevo!
Circo: Light, Gaomon, Kairi, Awa-chan, Maya, Ukki, Ragun, Simbad, FreyaEl plan salió con un porcentaje medio de éxito. Simbad no encontró ninguna silla, ni tuvo tiempo para buscar nada que lo sustituyera para encerrar a los adultos. Y ni hablar de materializar la Llave, pues no acudía a su mano. En cuanto a Gaomon, se materializó y corrió hacia el vestuario, justo cuando los adultos llegaban. Supusieron enseguida que se habían encerrado en el armario al ver el movimiento.
Sin embargo, se acercaron primero a él con cautela. Una joven se adelantó para golpear con el puño la puerta, con educación.
―
¿Disculpad? ¿Podéis salir, por favor? No vamos a haceros daño. ―El ruido de la puerta ahogó la voz de la muchacha―.
¿No? Por favor. Tenéis que escucharnos.Ante el evidente control en el interior, abrieron la puerta y entraron. Gaomon encontró un hueco entre los armarios. Al mirar a su alrededor despistados, la mascota aprovechó para ejecutar su técnica, que empujó a los adultos hacia dentro. Mientras tanto, todos huyeron. Simbad se quedó con las ganas de la encerrona. Freya se entretuvo para lanzarles canicas y hacerles resbalar, lo cual les ganó aún más tiempo.
Habían pensado en romper la carpa para hacerse su propia salida. Ragun se adelantó y… simplemente no había por dónde cortar. Estaban dentro de un edificio, al que les recubría efectivamente una carpa, pero no había forma de que una daga oxidada pudiera contra una pared (salvo que tuvieran por delante muchos años). Ragun y Kairi se quedaron con la esperanza de hallar una solución a tan grave problema. ¿Resultado? No vieron venir a los cinco adultos que les aprisionaron son suma facilidad. Los demás, en cambio, habían previsto la otra y obvia vía de escape.
El escape de Light y Maya a lomos de Gaomon fue un éxito. Se dirigieron raudos y veloces hacia La Casa de las Riñas. Por otro lado, Simbad y Freya tuvieron que correr a la vieja usanza, con las piernas. Los adultos les perseguían (eran tres contra ellos), y aunque no estaban cerca, el camino de regreso al Circo se les haría largo y cansado. Por suerte aguantaron hasta la Casa de la Vidente.
Awa-chan se quedó sola.
Esta parte está sujeta a cambios si me decís qué diantres entendéis por carpa, porque me escribisteis para preguntarme si podíais cortar la red (que está en mitad de la estancia, la puerta al vestuario está por donde las gradas). Como ya he puesto, no tenía sentido y sigo sin saber cuál era la intención, salvo que penséis que el vestuario está dentro de la red... lo cual es absurdo, porque está cerrada, os pasé un vídeo y todo para que os hicierais una idea.
La Casa de las Riñas: Alaric―
¿Tú qué crees? Soy un niño medio desnudo porque me apetece.A Ariasu solo le dio tiempo a fruncir el ceño como respuesta. Obviamente no lo había pensado. Se escondió en las taquillas y ninguno de los dos pudo hablar más del tema. Alaric la imitó.
La luz del vestuario se encendió pronto, revelando que los adultos habían llegado. Y naturalmente lo primero que hicieron fue revisar las taquillas. Una por una las fueron abriendo hasta que encontraron a un pobre niño, aunque bien vestido, agazapado entre un montón de ropa. Alaric golpeó al que le había descubierto con la bota, pero al intentar escapar el otro le agarró. ¡Pillado!
Lo último que oyó cuando se lo llevaban fue el sonido de un pisotón en una cara ya pisoteada. Buenas noticias: la captura de Alaric había salvado a Ariasu.
La Casa de las Riñas: Light, MayaNo es ninguna casa; de hecho, está cubierto por una carpa, que crea las sombras de quien está dentro debido a la intensa luz que lo alumbra. La entrada se divide en dos direcciones: la de espectadores y la de luchadores, aunque puede saltarse la valla para ir directamente al ring. Los luchadores pasan primero por un vestuario. Los espectadores tienen un amplio espacio alrededor, sin gradas.
Light, Maya y mascotas llegaron a la Casa justo cuando alguien salía de ella: Ariasu. Se dirigió enseguida a ellos.
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Hoy ha caído un héroe en combate ―dijo solemnemente. Luego los miró arriba abajo―.
¿Qué hacéis vestidos tan ridículamente? ―Ella se había agenciado un conjunto normal y de su talla.
La Maestra les explicaría por encima que había dejado inconsciente a uno de sus perseguidores y lo había escondido en una de las taquillas del interior. Del otro se había librado también, aunque no quiso decir cómo. En cualquier caso, aquel lugar no tenía nada interesante más que ofrecerle.
―
Este juego es más divertido que lo que yo había planeado. Aunque no me gusta jugar con los factores en mi contra. Iré con vosotros para que podamos defendernos mejor de esos apestosos ―decidió por sí misma.
No volvería a entrar a la Casa, ya que no había nada más que le interesase de ella. En cambio, acompañaría a Light y Maya si estos decidían moverse a otra parte. Eran el grupo más tranquilo. Gracias a la velocidad de Gaomon, no tendrían que preocuparse por adultos en un buen rato.
La Zona de los Destrozos: Nicoxa, Alec, IlanaEl hada escuchó las preguntas, sin variar un ápice el gesto ante la desconfianza y la amenaza.
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¿Hay alguna forma de abandonar el parque sin contar con la opción de ir contigo?La mujer cerró los ojos, como si se estuviera concentrando en algo, antes de responder:
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Existe una salida por la que os sacarán aquellos que quieren atraparos. Sin embargo de nada os serviría. El hechizo no se rompería de todas formas. Seguiríais siendo niños. Y una vez pasado el amanecer, lo seréis para siempre.—Una pregunta, bien: ¿Cómo podemos volver a recuperar nuestra edad? Respóndela o te digo yo que si te vienes con nosotros, pero no para dar una vuelta en la noria, si no a la base de los Caballeros.
―
Debéis encontrar y matar a Myrall, pues de ella ha manado el deseo de que os convirtiera en niños. Pero no será fácil. El alcalde le ha concedido poderes especiales para defenderse de vosotros.Finalmente suspiró, dramáticamente como si hubiese realizado una tarea muy dura, y se puso en pie.
―
Otro deseo más. Espero no hallar a nadie en el próximo lugar ―musitó, antes de desaparecer de nuevo entre brillos, dejándoles solos.
Entonces, el pelo de Nicoxa comenzó a moverse… ¡cómo una hélice! ¡Y volaba! ¡Justo como ella había soñado… ¿alguna vez?! Por algún extraño motivo, ¡se había cumplido uno de sus deseos!
Sin embargo, el descubrimiento no les daría tiempo a demasiadas alegrías. Un trío de adultos entraron en la mansión, dividiéndose para buscarlas. Uno de ellos no tardó en entrar a la habitación donde se hallaban y dar la voz de alarma para que los demás acudieran en su ayuda. ¡A moverse!
La Casa de la Vidente: Simbad, FreyaEs una pequeña carpa en cuyo interior hay una máquina que contiene tras el cristal la escultura de una bruja frente a una bola de cristal, vestida con ropas de Agrabah y fea, muy fea. No tiene huecos para monedas, sino una ranura para introducir un pase especial. Hay que formularle una pregunta en voz alta una vez cobra vida.
Tuvieron que atravesar medio parque para llegar, pues la Casa de la Vidente se hallaba en la entrada del mismo. Allí no encontraron mucho. Ni ropa, ni armas, ni nada que les sirviera. Solo estaba la máquina de la bruja, que parecía apagada y sin vida. Quizá hubiese alguna forma de hacerla reaccionar, aunque no tenían demasiado tiempo de margen para experimentar. ¡Los adultos aún les perseguían!
Embarcadero: Malik, Alaric. Ragun, KairiEs un muelle fuera del parque, sostenido entre rocas y tablones de madera. Hay un barco anclado a él, donde se apilan las jaulas en las que meten a los aprendices capturados. El único acceso al parque es un túnel muy disimulado, tapado por una densa y frondosa maleza en los límites. Nadie que no sepa dónde está podría encontrarla; los capturados, por ejemplo, si logran escapar...
Con todos habían seguido el mismo procedimiento. Nada más haber sido agarrados por el adulto, les ataron las manos a la espalda, les vendaron los ojos y les cargaron como un saco hacia quién sabe dónde. En algún lugar les volvieron a dejar en el suelo, presionándoles para meterse en algún sitio a ciegas. Solo entonces les destaparon para que pudieran ver, aunque mantuvieron las esposas.
Vieron a su alrededor que estaban en un embarcadero. Y más concretamente, cada uno de los niños se encontraba dentro de una jaula. Algo estrecha, sí, pero con su nuevo tamaño al menos cabían.
―
¡Así me gusta, chicos! Así me gusta ―felicitaba una mujer robusta a los adultos que les habían llevado, quienes se fueron marchando según les dejaban.
La mujer halagaba a quienes llegaban por su captura. En un rato de descanso, se volvió hacia ellos para hacerles una mueca desagradable y hacer girar las llaves de sus jaulas entre los dedos, como si quisiera tentarles. Luego volvió a colgárselas del cinturón y a sentarse en una silla, situada fuera del barco, a esperar a que llegaran más.
Había un montón de jaulas vacías a su alrededor. Y quizá pronto se rellenarían.
Fecha límite: 22 de octubre.
PD. Aquellos que se os ha quedado vuestra mascota atrás no tendréis control de ella a distancia, pero prometo no olvidarme de que están por el parque.
PD2. Sois muchos, así que si he olvidado algo no dudéis en decírmelo, por favor xD