—
Ahora largaos, tengo mucho que hacer.—
¡Con mucho gusto!«
Muchísimo», pensó, deseando abandonar el local y la isla.
No hizo falta que Fátima tirara de él, porque abandonó la taberna a toda prisa, con la restante botella en mano —la cual observó durante unos segundos para comprobar si era ron del bueno—. No olvidaba que el tal John seguía buscando su collar perdido. Ojalá su eidolon le hubiera alejado lo suficiente y no volviera a encontrarles. Ni ahora ni en sus siguientes visitas a ese mundo.
Allí, en el exterior, escuchó la sugerencia de la Maestra con una sonrisa de alivio.
—
Vamos a la playa, allí abriré un Portal y podremos contar las monedas.—
Sí. Démonos prisa. Y recemos para que John no vuelva a las andadas.Echaron a andar por una calle que conducía a la playa. Al igual que Fátima, vigiló con ojo avizor a las personas con las que se cruzaron. No permitiría que les quitaran la recompensa que tanto esfuerzo les había costado.
—
La próxima vez haremos algo rutinario como eliminar Sincorazón, pero yo creo que me voy a coger unas vacaciones en cuanto a las misiones.—
Opino igual. Creo que ya hemos hecho muchas, demasiadas... —Se tapó la boca para disimular un bostezo. Al contrario que Fátima no lo contuvo.
—
Creo que no sirvo para negociar ni para ser camarera. —Examinó la botella—.
Parece ser vino del bueno. Me sorprende que lo sirvan en ese tugurio.—
¿No es ron? Supongo que nos lo merecemos después de todo lo que hemos sufrido. —Observó con disimulo a unos hombres cercanos que les miraron fijamente, sin detenerse. Cabía decir que intimidaban un poco (tenían bastantes cicatrices e iban armados). Por suerte, esos piratas no trataron de arrancarles las recompensas de las manos—.
Los clientes de Villa Crepúsculo eran mucho más simpáticos sin duda. Ah, yo trabajaba en la tienda de chucherías de mi abuela —aclaró—.
Y bueno, lo de esta noche no ha tenido nada que ver. Empezaba a dolerle la cabeza por todo el cansancio. Y tenía sueño. Muy pronto podría descansar en su cama, por suerte.
—
¿Te apetece ir esta noche a tomar algo? —Agitó su botella—.
Está muchísimo mejor que el grog.—
Me apetece. En cuanto me eche una siesta. —Sonrió y le dio unas palmaditas en el hombro—.
Seguro que está mucho mejor. ¿A quién demonios le puede gustar esa bebida tan horrible? »
Por cierto, en cuanto a las vacaciones… Se me ha ocurrido algo.***Se ajustó las recién compradas gafas de sol y estiró sus extremidades. Sin levantarse de la hamaca, alargó el brazo y cogió un vaso con bebida refrescante para darle un gran trago. Después, suspiró y sonrió a Fátima de oreja a oreja.
—
¡Esto sí que es vida! ¿Te apetece ir luego a nadar? Seguro que no me ganas en una carrera —la desafió.
Había sido una idea sensacional la de pasar aquel día en las Islas del Destino. Hacía un día estupendo: el sol brillaba con mucha fuerza. Lo mismo se ponía algo moreno y todo.
Tanto él como Fátima eran los únicos Portadores de Tierra de Partida que tenían aquel día sin entrenamientos, sin Villanos Finales y Sincorazón que abatir. Un día libre de misiones para relajarse.
Sin duda se lo merecían. Ojalá nada ni nadie se lo estropeara…
Pues último post por mi parte ^^ gracias a Suzu por hacer conmigo la misión, y a Tanis también claro. Nos leemos~