El Player tomó el revólver con firmeza, disponiéndose a dispararlo, pero Bruto se abalanzó a por él, lanzándolo lo más lejos que pudo.
- ¿Y qué vas a hacer ahora? - preguntó el Killer, mirando fijamente la lámpara de araña que colgaba del techo.
La lámpara. Neipol reconoció al instante el escenario de la batalla... El comedor en el que Sponsor explicó a los Players las reglas del Game. El comedor donde toda esa locura comenzó. Una mueca de furia llenó su rostro.
- Vas a morir - Bruto estiró sus brazos.
Neipol sólo respondió con un prolongado silencio. Bruto intentó golpear al Player, aunque falló por un par de centímetros. No tuvo la misma suerte con el segundo golpe, que le impactó directamente en el estómago, haciéndole escupir algo de sangre.
El chico necesitaba recuperar su arma. No tenía ninguna posibilidad contra los puños de Bruto. El cuerpo a cuerpo no era una opción. Intentó correr hacia el revólver, pero el veneno que recorría sus venas hacía que sus piernas no respondieran tan bien como deberían.
Debía aguantar.
Tosió de nuevo. En ese momento, no sólo Pesadilla le mataba. Bruto le agarró otra vez y lo lanzó contra una cristalera, que se fracturó en pedazos. Cientos de pequeños cristales cayeron junto al magullado cuerpo del Player. Pero éste sonrió al ver que estaba donde quería.
Tuvo suerte. Extendió su brazo hacia el arma que yacía entre un puñado de trozos de vidrio de color y lo aferró como a su última esperanza. Algunos cristales se clavaron en su brazo, pero nada de eso le importaba si con ello podía abatir a Bruto.
Neipol no podía disparar el revólver a lo loco. No le quedaban muchas balas. Tendría que esperar a la mejor ocasión... Y él sabía cuál era.
Cerró un ojo para apuntar con más precisión. Amagó un primer disparo, disimulando su indecisión con la prominente tos que Pesadilla le provocaba. Sin duda, tendría que acabar rápidamente con esto.
Pero el Killer se lanzó contra él y lo alzó en el aire con un solo brazo, agarrándolo del cuello. Ahora Neipol estaba donde quería.
- Game Over, amigo mío.
- ¿Sabes cuál era el punto débil de Aquiles? - vaciló Neipol con las últimas de sus fuerzas, apretando el gatillo de su revólver.
Bang.
- ¡Au! ¡Eso podría haber dolido! - se burló Bruto, apretando un poco más el cuello de su contrincante - Si omitimos el pequeño detalle del chaleco antibalas.
- ¿No has oído mi pregunta? - las palabras de Neipol salían cada vez con más dificultad - Dije “el punto débil”.
Neipol apuntó hacia la mano libre de Bruto. Bang. Esta vez el alarido del Killer fue genuino. Soltó a su rival, haciéndole caer de bruces contra el suelo, y huyó con dificultad.
El Player comenzó a arrastrarse por el suelo del comedor, en un intento desesperado de reunirse con los demás.
- ¿Quién anda ahí?
Neipol se sentó contra una pared. Juraría que había oído una voz.
- ¿Hola?
- Ríndete - respondió la voz en el interior de su cabeza - Arrodíllate ante Pesadilla.
- No... Lo... Haré... - apretó su puño - Aún... Tengo... Una... Misión...
- Sabes que no llegarás - canturreaba la voz - Sabes que morirás.
- ¡No! - gritó.
- ¡Sí! - reía la voz que resonaba en el interior de su cabeza.
- Agh... - suspiró.
La vista del Player se nublaba. Un murmullo le llenaba la cabeza. Cerró los ojos, intentando recuperarse un poco y seguir con su lucha. Deseaba ver muerto a Sponsor, pasase lo que pasase. Ya había fallado en su misión de proteger a Samara. Ya había perdido todo lo que le importaba en el absurdo Game. No quería perder también su última oportunidad para vengarse.
Tosió algo más de sangre. Su respiración había cesado.
Pesadilla le había consumido. El Game había acabado para Neipol.
La heroica acción de Neipol permitió al resto de asaltantes llegar al corazón del Big Building. El grupo subió por las escaleras, por lo que Choco tuvo que abandonar la silla de ruedas.
- Eh... ¿Y Mikun? - preguntó Axy, al descubrir su ausencia.
Por su lado, al llegar a la planta en la que se encontraban los laboratorios, Freya logró escabullirse dentro de una habitación desde la que se oía una voz. Se trataba de la científica de Lord Investigations, Asia.
- Es impresionante. El cuerpo de Efialtes cuenta con un 75% de Pesadilla... Eso es una brutalidad. Nuestros Killers sólo cuentan con un 2,5%... Pero lo más impactante es que no contiene absolutamente nada de Despertar. Sin duda, nos encontramos ante un sujeto digno de estudio.
La respiración de la Intruder se aceleró al conocer tal información. ¿Esos tres monstruos sólo contenían un 2,5%? Efialtes era algo que temer.
- Parece que tenemos una invitada en el laboratorio - Asia selló la puerta para evitar la huida de Freya - ¿Qué tal una tacita de té?
Freya sólo respondió con silencio.
- ¿Azúcar? ¿Sacarina? - siguió hablando en un tono burlesco - ¿Y unas pastitas? ¡Genial!
La científica abrió una caja de la que sacó una bola negra del tamaño de un puño.
- ¡Oh! - se burló - ¡Creo que esto no son pastas! ¡Lo siento! - la lanzó contra un cristal - Vaya... ¡Qué torpe soy!
Una cortina de humo llenó el lugar contra el que había colisionado la bola y un extraño líquido de color verde comenzó a extenderse por el suelo. Cuando se despejó, un monstruo de color negro ocupaba su lugar.
- Y Sponsor me echará una buena bronca por destrozar la cápsula... ¡Pero la ocasión lo merece!
Freya, algo sorprendida por la situación, lo miró de arriba abajo: su cabeza deforme era totalmente calva, a excepción de sus pobladas cejas, de las que emergían unos pequeños cuernos. Sus ojos estaban cubiertos por una cinta de color carmesí, que recordaba a la sangre que chorreaba de sus inmensos colmillos. La parte inferior de su inmensa mandíbula caía un poco hacia delante, dejando ver su repulsiva lengua.
El monstruo estiró sus largas extremidades, recubiertas de pinchos y culminadas con garras. También zarandeó su larga cola, cuyo final parecía tan afilado como un sable.
- Es la hora del té... Tomemos una taza con Devil.
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El disparo de Comando falló. Su puntería no era la mejor ese día. Inahf lograba esquivar cada uno de los disparos que Comando lanzaba con destacada presteza.
Algo estaba claro: no tenía nada que hacer contra ese arma. Ni contra Comando, ahora que obedecía atentamente a las órdenes de Sponsor. Sólo podía hacer dos cosas.
Deshacerse del chip o correr.
Comando dejó de disparar por algún motivo y sus piernas decidieron por ella que la mejor opción era huir.
- Esta no es la Inahf que yo conocía - una familiar voz apareció de la nada. El corazón de la chica dio un vuelco al percatarse de la presencia de Axel.
- Must... Obey... Master... - un chispazo salió del cuello del Killer, procedido de un alarido.
- ¡Ahora!
Axel se lanzó a por el Killer, propinándole una patada en el estómago, que recibió sin inmutarse.
- Atrás - advirtió - Ya sé que te he fallado, pero esta es mi oportunidad de compensarte. Observa.
- Fire... Machine... Gun... - la voz de Comando sonaba firme, aunque desganada.
Varias balas atravesaron el hombro del Player, pero nada le importaba. Era su gran ocasión para pagar por sus mentiras. Era el único momento en el que podía hacer algo por esa chica que le miraba aterrada. Esa chica a la que había hecho tanto daño.
- Perdóname, Inahf - susurró, dejando caer una lágrima.
El objetivo de Axel estaba más que claro: el cuello de Comando, donde ese demoníaco chip permitía a Sponsor jugar con él como con una simple marioneta.
Rat-ta-ta-ta-ta.
La ráfaga de disparos atravesó el cuerpo del chico, pero no le importó. Le tenía donde quería. Su mano izquierda envolvía con fuerza el cuello de su enemigo. Clavó las uñas con fuerza para tirar del anclaje del chip, antes de desplomarse sobre el suelo.
Comando también cayó. Al arrancar el chip, unas pequeñas jeringuillas inyectaron en el Killer un letal veneno, haciendo descender velozmente sus pulsaciones, sin permitirle dedicar unas últimas palabras a su hija.
- ¡No! - gritó la chica, entre lágrimas - ¡Han muerto los dos!
- Vaya... - dijo Axel con un ligero hilo de voz - ¿Ya me das por muerto? - tosió.
- ¡Axel! ¡Estas vivo!
- No por mucho tiempo, nena... - susurró.
Inahf no pudo responder. La impotencia le paralizaba las cuerdas vocales.
- No gastes saliva. No la merezco.
Axel cerró los ojos, alegre porque Inahf fuera lo último que viera. Su corazón, aunque arrítmicamente, aún latía. La chica le abrazó con dulzura, haciendo que su inevitable final fuese lo más feliz posible para él.
Al fin y al cabo, murió por ella. Murió por salvar a alguien a quien había hecho tanto daño. Murió por salvar a alguien a quien quería. Murió por salvar a alguien que, a pesar de todo, le quería.
Axy se detuvo con Choco, a quien ayudaba a subir las escaleras lo más rápido posible. Hacía rato que habían dejado atrás a Neipol, luchando con Bruto. Con ellas iba Nykai, que las seguía en silencio y sin mediar palabra alguna. Estaban cansadas de subir escaleras a todo correr.
Acababan de llegar a la planta 23. Ya era demasiado, debían parar o se desmayarían del cansancio. Choco se soltó de su compañera y se apoyó en el suelo, recuperando el aire. Nykai se acercó a las escaleras ascendentes y observó hacia arriba.
-Venga, chicas –animó entre jadeos-. Nos quedan cincuenta y cinco pisos sólo.
-Casi nada –se burló Axy-. Estoy muerta. No puedo más…
A Choco apenas le llegaba la sangre a la cabeza. Hacía días que no caminaba, como para empezar con tantas escaleras. Ojalá tuviera de nuevo su silla de ruedas.
Observó la oscuridad del pasillo que tenía de frente. Las luces estaban apagadas, que con las paredes oscuras, confundían bastante. Parecía estar completamente desierto. Ni una ventana se veía, ni tampoco puertas abiertas; nada de nada.
Un flash de una bombilla iluminó el lugar durante un momento. Durante ese momento, Choco pudo verlo. Una silla de ruedas, ocupada por alguien, estaba entrando en una de las habitaciones. A pesar de su escasa duración, a Choco se le cortó la respiración.
-Axy –llamó a su compañera.
La joven le dirigió una mirada rápida.
-Hay alguien ahí –dijo, señalando directamente al pasillo.
Axy afirmó con la cabeza, comprendiendo la situación.
-Nykai, quédate aquí –ordenó a la Player-. Vamos, Choco.
Las dos chicas se dirigieron hacia la oscuridad del pasillo, desapareciendo de la vista de Nykai. Sus pasos eran lentos, temiendo que en cualquier momento de esas puertas apareciera cualquier cosa y les atacara. La habitación a la que había entrado el individuo estaba al final del pasillo, a cinco puertas de distancia.
Choco pasó de la primera puerta. Ningún ser surgió de ella para atacarla. Lentamente, caminó hacia la segunda, preparada para la situación. Llegó a ella, y tampoco la atacó. A pesar de todo, no podía quitarse una pesada sensación de angustia y peligro de encima.
Un grito sonó a lo lejos.
-¿¡Qué coño ha sido eso!? –preguntó Axy.
Aquello claramente no había sido humano. Era como el grito de un monstruo lejano al que le habían privado de su comida y, en venganza, se hubiera liberado de su jaula. Si había algo así libre por allí, no podía ser nada seguro para nadie. Choco y Axy retrocedieron de espaldas, observando las escaleras, de donde había surgido el grito.
De golpe, la tercera puerta se abrió.
Axy contestó dándole una patada con todas sus fuerzas. Pero sólo era una puerta de madera, por lo que de la fuerza acabó rompiéndola. Detrás de ella no había nada ni nadie. La joven se acercó a la sala y comprobó que estaba completamente vacía, con algunos ordenadores y monitores.
-No hay nada –señaló, saliendo de ella y dirigiéndose hacia el final del pasillo.
Choco hizo lo mismo, no sin echar un último vistazo a la habitación. Observó que en la puerta había algo envuelto en un pañuelo, pegado con celo y con una nota. Lo arrancó y notó que era una especie de cuchillo. Cogió la nota y reconoció la letra. Era de Sponsor.
“Bailad, marionetas, bailad”.
Choco no comprendió el mensaje. Recordó entonces que en una ocasión vio a Sponsor jugar con sus marionetas, y comprendió que se refería a ellos. Hizo una mueca, disgustada. No, ella no permitiría ser su marioneta. Le mataría con la misma arma que le había dado.
Axy pasó de la cuarta puerta, pero nada sucedió en ella. Finalmente, llegó a la quinta. Choco se apresuró a ir con ella, y afirmó con la cabeza. La joven abrió la puerta de golpe y entraron.
Era una estancia completamente oscura, sólo iluminada por los monitores en los que ponía “Cámara fuera de servicio”. Frente a los monitores había una silla de ruedas dando la espalda a las chicas, ocupada al parecer por un hombre calvo que observaba los monitores. Axy adivinó de quién se debía tratar, al igual que Choco.
-Señor Creator –comenzó Axy-, arriba las manos.
El hombre de la silla no se giró ni hizo ningún movimiento.
-Así que habéis llegado –señaló una voz de un programa desde la silla de ruedas-. Siento no poder ayudaros.
Choco notó su sangre hervir. Desenvolvió el cuchillo de su envoltorio, notando que no era uno cualquiera.
-Creator… -susurró- Serás capullo…
-El auténtico enemigo es Sponsor, ¿no lo veis? –preguntó la voz- Yo soy bueno.
-¿Bueno? –Choco cada vez estaba más furiosa- ¡No eres más que otro capullo sin escrúpulos! Ayudaste a the Death, ¡yo misma vi tu confesión ante Gambit! Eso significa que también ayudaste a Madmahon a lograr los venenos, ¡los mismos que me envenenaron!
El hombre se quedó en silencio. Choco agarró con más fuerza el cuchillo por su mango. Notó que a los lados de la manguera, con el filo, había dos puntas extra, algo más cortas, como la letra psi.
-Has permitido a Sponsor jugar con la gente como juguetes, y ahora quieres pararle a costa de vidas como la mía… ¡No eres más que otro capullo! ¡Otro engreído! ¡Otro…!
-Y tú también, ¿no? –preguntó la voz del programa- Te acostaste con Venom por pura venganza.
Choco no pudo más. Agarró bien el chuchillo en forma de psi y lo lanzó contra la silla de ruedas antes de que Axy pudiera detenerla. El filo del arma se clavó en la cabeza del hombre. La joven respiró con fuerza, sobresaltada. Lo había hecho. Lo había matado.
-Oh, Choco… -comenzó la voz del programa.
Choco abrió los ojos con fuerza. No, no era posible. Pero vio cómo la cabeza, con el cuchillo, caía al suelo. Y una vez ahí, vio que no se trataba más que de un muñeco.
-… Gracias por revelarme lo que necesitaba saber.
Aquello no venía del programa. Ni tampoco de la silla de ruedas.
Choco se giró y apenas pudo reaccionar. Sponsor se había encontrado detrás de ellas todo el tiempo. El hombre se lanzó a por ella, agarrándola del cuello y presionando ligeramente. Axy sacó una pistola y le apuntó con ella.
-¡Venom! –le gritó- ¡Suéltala, maldito capullo de rojo!
Sponsor sonrió con malicia.
-A tus órdenes.
Choco se tiró al suelo, medio ahogada. Casi no podía respirar. Comenzó a arrastrarse hacia la cabeza del muñeco, a por su arma, queriendo venganza.
“Matar a Sponsor. Tengo que matar a Sponsor.”
-¡Maldito bastardo…! –le insultó Axy, mientras el hombre seguía sonriente ante ella- Si pudiera, dispararía. Te dejaría seco. Pero no, Lord te quiere con vida.
-Así que mis sospechas eran ciertas –concluyó él-. A Lord ya no le gusto.
-¡Claro que no, capullo! ¡Estos experimentos que haces…! ¡Y le robaste su mejor investigadora!
-“Robar” no es la palabra, recordando que la tercera parte de Lord Investigations me pertenece.
Choco logró alcanzar el muñeco. Agarró el cuchillo y lo retiró de la cabeza.
-Mírala, qué graciosa –se burló Sponsor, observando a Choco-. Intentando vengarse desde que comenzó el Game. Es lo único que la mueve… Pero no la culpo, sabiendo lo de su familia.
-Curioso que sobreviviera con el mismo veneno que tú desarrollaste y que también me salvó a mí.
Sponsor no pudo evitar echar una carcajada.
Choco se levantó lentamente, gracias a la silla de ruedas. Agarró su cuchillo con la máxima fuerza posible. Su objetivo era mucho más que claro.
-¡Te equivocas, pequeña Día! –corrigió Sponsor- No es Sueño lo que ha salvado a la chica. ¿No has visto los “ataques” que tiene? ¡Se ha salvado por Despertar! ¡Ella es una descendiente de las Diosas! ¡Y tú no eres más que un pequeño monstruo que yo creé!
Axy observó extrañada a Sponsor.
-¡Choco! –gritó Axy- ¡Mata a quien debes matar!
La joven obedeció. Comenzó a correr con el cuchillo de frente, con su objetivo marcado, hasta que lo clavó en su estómago.
Axy no podía creer la situación que estaba viviendo. Sponsor le sonreía maliciosamente. No, había algo que no cuadraba.
Choco le había clavado el cuchillo a ella.
La joven presionó más el arma, provocando más dolor a Axy. Ésta miró a los ojos de Choco, y vio que se habían vuelto rojos y llenos de rabia. No era posible. No, ella no…
Llevó su mano al cuello de la Player y notó una especie de granito de arroz pegado en él. Recordó que Venom se había lanzado de pleno al cuello de su amiga.
-El proyecto Pesadilla es un éxito –señaló Sponsor-. El control sobre Choco es del 100%.
-Cho… Co… -susurró Axy. La joven retiró el cuchillo de ella y la tiró al suelo, observándola fijamente. Lo agarró con las dos manos.
-Oh, Día, ya no será Choco nunca más –contestó Sponsor-. Ahora es un juguete. Un muñeco.
La joven se lanzó al corazón de Axy. Con el cuchillo en ambas manos, lo clavó en él con todas sus fuerzas, provocando un grito desgarrador de la joven mientras Venom sonreía con verdaderas ganas.
-Un muñeco controlado por los hilos que yo muevo a mi antojo.
Axy vio cómo toda la sala se volvía del todo oscura. Se acababa. Fin.
-Now, Choco is…
Axy cerró los ojos.
-… my Puppet.
Qué ganas tenía de escribir esta escena. Dios. Supuestamente era del próximo capítulo, pero por el retraso os lo adelanto como compensación.
El cap ha sido escrito por Habimaru, a excepción de la última escena, porque en princripio yo no me iba a encontrar presente aquí este fin de semana.