Neipol agarró la barrita Apollo y le dio un pequeño mordisco, lleno de hambre. Los Killers habían despertado; ya no se guiaban por los localizadores de las comidas, sino por la vista y el oído. Es más, Neipol necesitaba comer aquello. Se lo decía claramente el archivo que tenía delante.
Sobre la mesilla se encontraba la carpeta que tenía Madmahon antes de morir. Dentro había una serie de papeles realmente interesantes. Uno de ellos era un mapa de todo Game City, incluidos los subterráneos. O mejor dicho, excavaciones; con la información que tenía allí, Neipol descubrió que [i]Game City[/i] no era más que una tapadera para lo que se ocultaba en aquel lugar. Pero aquello en aquel momento no le importaba; el mapa tenía señales de cómo entrar en el Big Building. Lo necesitaría.
Había más papeles. Encontró un par de Informes de Creator, investigaciones de Sponsor acerca de Sueño, cantidad de fotos e información sobre una familia que Neipol desconocía… Y las dos cosas que realmente le interesaban. Una serie de información acerca de Pesadilla y unas crónicas escritas por el propio Madmahon. Tras leer esto último, Neipol sabía qué debía hacer. Sabía cuál era su auténtica misión en aquel Game.
Algo en su bolsillo derecho comenzó a vibrar. Neipol metió la mano en él y sacó su teléfono móvil. La llamada le sorprendió en un primer momento, pero no tardó en ver que se trataba de Sponsor. Aceptó y observó a aquel capullo vestido de rojo, que se encontraba sentado en un sillón verde lujoso y una copa de vino en la mano. Detrás de él se encontraban los dos matones que siempre se encontraban con él, Triple Siete y Reaper. A su lado, en una silla de ruedas, se encontraba Creator con la cabeza baja. Incluso al fondo podía ver a Bruto sin su máscara, bebiendo de un vaso de plástico y estrujándolo con fuerza al terminarlo. Sponsor debía estar llamando desde los monitores para tener una vista tan amplia.
-¡Cuánto tiempo, Neipol! –señaló Sponsor- ¿Qué tal mi mudo favorito?
Neipol no dijo nada. Sólo frunció el ceño, enfadado. No podía olvidar que él había contratado a Osdark para matar a Samara.
-Veo que sigues tan callado como siempre –Sponsor sorbió un poco de vino-. ¿Has matado ya algún Player? Porque por ahora eres el Traitor más decepcionante de todos, hasta los muertos llevan una lista más larga.
-¿Qué hacía Thomas aquí? –interrogó Neipol. Sponsor se colocó una mano en el pecho.
-Oh, ¿lo conocías? Es un chico muy majo, me cae bien. No te molesta que le contrate, ¿no? Por cierto, hace más de veinticuatro horas que no contacto con él y mis Killers no saben nada. ¿Sabes dónde está? Tal vez tenga algo que quiera.
-Está muerto.
Sponsor suspiró, llevándose una mano a la cabeza.
-Qué lástima. Era tan joven…
-Teníamos un trato –señaló Neipol-. Sería tu Traitor a cambio de que se dejara en paz a Samara.
-Sí, también teníamos el trato de que tú tenías que acabar con unos pocos Players, y no parece que lo hayas cumplido.
-He matado a Madmahon.
-¿¡Qué!?
Neipol vio cómo todos los que aparecían en la videollamada se sorprendían, menos Bruto y Reaper. Sponsor reaccionó con aquel grito y soltando la copa de vino, con un “crash” que inundó toda la sala. Creator levantó la cabeza con cara de sorprendido, mientras que Triple Siete abría los ojos de golpe ante aquella información. Sponsor se llevó una mano a la cara, tapándose la mitad izquierda y agarrándosela con fuerza.
-¡Mientes! –gritó- ¡Tienes que estar haciéndolo!
-Un disparo al corazón. Directo. Está en el casino.
Sponsor se ajustó el cuello de su ropa. Durante unos segundos se mantuvo en silencio, incapaz de creer lo que oía. De golpe, soltó una pequeña risita en bajo. La risa fue creciendo hasta convertirse en carcajada, y de carcajada a una risa diabólica y sádica de la que no podía parar. Neipol le observó impasible mientras seguía riéndose. Sponsor terminó entre risas y aplausos.
-¡Increíble, mudito, increíble de verdad! ¡Te felicito! ¡Acabas de pasar de Traitor inútil al mejor de todos!
-¿Sólo por un Player?
-Oh, no era un Player cualquiera, pero déjalo. Dices que su cadáver está en el casino, ¿verdad?
-¿No has podido ver la muerte? –se extrañó Neipol, aunque manteniéndose impasible. Sponsor negó con la cabeza.
-Tengo problemas con las cámaras, pero dan igual ahora mismo. Lo importante ahora es que tú y la chica vengáis aquí. Podéis iros tras la prueba de mañana.
-Sponsor, no puedes hacer eso –señaló la voz mecánica de Creator.
-Tranquilo, señor, no pasa nada.
-Te recuerdo que todavía yo mando aquí.
-Neipol, cumple la misión de mañana –señaló Sponsor-. Te aseguro que después tu misión habrá acabado. Buenas noches.
La videollamada terminó en aquel punto. Neipol guardó el teléfono de nuevo y se levantó para dejar unos informes sobre la mesa y recoger el de las crónicas de Madmahon para releerlos.
Al día siguiente debía encontrar a Samara. Después, podrían irse.
Gambit observaba a the Death desde lo lejos.
El grupo entero había llegado a una fábrica abandonada, llena de máquinas destrozadas y cartones por los suelos. Era gigantesca, de una sola habitación, y la puerta corredera podía cerrarse y abrirse con un botón cerca de ésta, donde, al otro lado, también se encontraba otra. Había un cadáver que Freya decidió mover fuera de allí, aparentemente muerta de un disparo a la cabeza.
Cada miembro se encontraba afectado por sus propios temas. Choco parecía dormida, sin ataques en aquel momento, mientras Axy la vigilaba. Sopho se había marginado, afectado por descubrir la verdad acerca de su padre. Con él estaba Freya, ambos sentados contra una pared. Reiji parecía haber desaparecido y the Death no dejaba de observar su espada, que Gambit no lograba recordar dónde había visto antes.
-¿Estás bien? –preguntó Freya a su lado. Por una vez parecía que se preocupaba por él.
-Afectado –contestó Gambit-. Es todo muy confuso.
-Hablas de lo de tu hermano, ¿no?
Gambit afirmó lentamente con la cabeza.
-Creo que nunca pensé fijamente qué iba a hacer cuando lo encontrara –señaló él-. Mató a mi padre, y la policía sospecha que también a mi madre antes de aquello. Yo estaba delante cuando lo hizo, y aunque lleve este pañuelo… -Gambit lo observó, en su cuello- Le odio. Le odio. Él es el que tanto daño hizo a la gente, el que… Le odio.
Freya se quedó cabizbaja. No sabía qué decir ante aquello.
-Debí imaginarlo antes. Su katana… Es la misma que tenía mi hermano. Sé que es la misma. Y es Samurái… No hay duda. Su pelo y sus ojos son los mismos que los míos. Parecía mayor, pero claro… Habrá crecido en tantos años.
Freya sacó el medallón que colgaba de su cuello y lo observó. Gambit lo vio también, extrañado.
-¿Qué es eso?
-Un amuleto de alguien que me salvó la vida –contestó ella-. Me hace más fuerte cuando lo veo. Me acuerdo de esa persona y me ayuda a seguir y a luchar, a no rendirme –observó los ojos de Gambit-. Tal vez mirarlo también te ayude a ti.
Gambit sonrió levemente. No sentía nada al mirar aquel medallón, pero agradecía aquel gesto de Freya por intentar animarlo y apoyarlo. La observó a sus ojos marrones fijamente, sin romper el contacto visual.
-Gracias –le susurró.
-Gambit.
El Player apartó la vista de su amiga y miró al frente, donde se encontraba Reiji. Se había cruzado de brazos y tras él estaba the Death.
-Debes decidir si venir conmigo o no –sentenció Reiji, sujetándose el sombrero-. Podría sacarte de aquí y llevarte a un lugar mejor. Te entrenaremos para cosas que de verdad se te den bien. Puedes dejar atrás esta maldita isla para siempre… Si me acompañas.
The Death entró en la conversación.
-Deberías aceptar –dijo-. Aquí no estás seguro de ningún modo.
Gambit se giró y miró a Freya. Después observó por encima del hombro de Reiji y vio a Sopho, que estaba rompiendo lentamente una caja de cartón, como hipnotizado. Incluso miró a the Death.
-Lo siento, Reiji –le contestó Gambit-, pero me quedo. No puedo abandonar a mis amigos. Y todavía me quedan cosas que saber acerca de mi hermano.
-¿Eres idiota? –preguntó the Death- Samurái te hará picadillo si…
-Ha decidido –señaló Reiji, dando la espalda a Gambit-. Ha sido un placer conocerte, chico. Espero que sobrevivas y algún día volvamos a vernos.
Reiji comenzó a caminar. The Death clavó su mirada en él.
-Espera –le detuvo el encapuchado-. Tenemos el mismo contacto, ¿no es cierto?
-Estoy seguro de ello.
-¿Y qué tienes que decir?
Reiji se giró por última vez.
-Que esto es un maldito juego de locos y ninguno de vosotros os libráis de estarlo.
Tras aquellas sarcásticas palabras, Reiji se giró y prosiguió su camino a las afueras de la fábrica.
Inahf mantenía la cabeza baja. Era incapaz de aceptarlo. Su propio padre, un Killer.
Estaba sentada en una cama, agarrándose las piernas y juntándolas a ella. Era una habitación infantil, con dibujos de un Snoopy aviador cerca del techo. La cama era de una persona, y junto a ella, a su derecha, había un escritorio y una ventana encima de éste. Un armario pequeño se encontraba delante de su cama, y frente al armario, una puerta.
Alguien llamó. La chica no contestó, inmersa en sus pensamientos. Por el marco de la puerta apareció Axel, con cara de preocupado. Tras una mirada y sin decir nada, se sentó junto a ella en la cama. Observó fijamente al suelo, con las manos juntas, pensativo.
-¿Qué te ha pasado? –preguntó al final. Inahf miró a otro lado.
-Nada –mintió-. Me encontré con Comando, pero pude huir.
Axel suspiró. Se arrimó más a ella con los brazos abiertos y la acogió en su pecho.
-No puedo ayudarte si me sigues mintiendo así.
-Lo siento –se disculpó Inahf-. Es que… No estoy de humor para hablar.
-Pues cuando lo estés, te escucharé. Sea cuando sea.
Inahf levantó la cabeza hacia Axel con una pequeña sonrisa y una lágrima en los ojos. Axel contestó con otra sonrisa.
-Gracias –susurró Inahf.
Se quedaron fijamente mirándose a los ojos durante unos segundos. Axel e Inahf notaron algo que no habían notado tanto antes. Algo que se encontraba en aquellos ojos, algo que mostraba lo que sentían. No necesitaban palabras. No necesitaban gestos. Sus caras comenzaron a acercarse lentamente, deseosos el uno del otro. Sólo querían… Necesitaban…
-¡Apagad esa luz!
Los dos se apartaron de golpe al entrar en la habitación sin previo aviso Nykai y Flint. La chica parecía alarmada y sorprendida, mientras que Flint parecía tener miedo a algo. Fue ella la que había gritado la orden, apagando las luces nada más entrar en la habitación.
-¿Qué su…? –comenzó Axel, pero Nykai le silenció. Le señaló la ventana, adonde Axel se acercó lentamente. Lo que vio le dejó muy sorprendido.
Iluminados por las luces de las farolas, dos figuras caminaban por las calles de Game City. El primero era un hombre grande y musculado, vestido con las ropas de Killer convencionales, que llevaba una gran bolsa en el hombro. Lo sorprendente era la segunda figura, un hombre que vestía de rojo y parecía muy seguro de sí mismo.
Sponsor.
¿Qué demonios hacía allí, en Game City? Escuchó que estaba hablando con el hombre musculado. Pegó bien la oreja, sin mostrarse mucho por la ventana.
-Me pregunto dónde estará Choco –dijo Sponsor, con su irreconocible y odiosa voz-. Aseguras que estaba viva, ¿no?
-Yo mismo la vi –contestó el otro hombre-. En una silla de ruedas. Está con la Intruder.
-Una pena, entonces, lo que sucederá mañana. Me hubiese gustado tenerla bajo mi mando…
La voces se fueron alejando, haciendo imposible la comprensión de lo que decían. Durante media hora más, ninguno se movió ni encendió las luces.
Crónicas de Madmahon
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Respuestas. Misterios. ¿Qué está sucediendo en Game City…? Dentro de muy poco entraremos en la recta final de Players.