por Zee » Mié Abr 08, 2009 12:22 am
Bueno,bueno, fieles seguidores. Este es el capítulo 9:
Capítulo 9 Novato
—¿Soy Incorpóreo de…Sora? –preguntó Roxas. Él y Félix ya habían llegado de nuevo al Mundo Inexistente. Merlín había logrado enseñarles a sanar heridas, canalizar fuego y aire. El brazo de Félix ya estaba curado, junto con lo que quedaba de sus quemaduras, sin dejar cicatrices. En cuanto habían llegado, Félix guió a Roxas a su habitación y le contó lo que había sucedido. Desde su escalada a la torre hasta la pequeña carta de su Sincorazón.
—Eso es lo que parece. Yo… o mi Sincorazón, estaba allí. Vi a Sora liberar su corazón, luego nació su Sincorazón, tú y otro Incorpóreo –explicó Félix.
—¿Otro?
—Eso parecía.
—Así que por eso la Llave-Espada me escogió. ¿Pero por qué dos?
—No lo sé. Pero seguro que Xemnas lo sabía, incluso es posible que Axel también. Y estoy seguro que también conocen la existencia del otro… de la otra.
—¿Una chica?
—Sí, por eso es extraño. ¿Por qué Sora, masculino, dejó dos Incorpóreos, un hombre y una mujer?
—¿No has dicho algo de dos corazones en Sora?
—Kairi refugió su corazón en el de Sora. Entonces…
—Dos corazones igual a dos Incorpóreos.
—Jamás había escuchado algo como eso.
—Vamos, debe de haber alguna misión— dijo Roxas, cambiando repentinamente de tema.
El par de jóvenes se dirigió a la sala de los tronos, dónde el trono de Félix no había aumentado ni un palmo. Félix miró con curiosidad el cartel de anuncios, donde una misión en Agrabah le llamó la atención. Decía que un fuerte Sincorazón había sido detectado y que miles de Sombras rondaban por las calles.
Esta no la fallaré, pensó Félix.
Hizo sonar la pequeña campana y se sentó en su trono. Esperó unos momentos y Xigbar apareció en su trono.
—El Superior está en una misión ahora. Han llamado para solicitar una misión, ¿no es así? —preguntó el intimidante tuerto.
—Quiero la misión en Agrabah. –Expresó Félix— Y Roxas será mi compañero.
—¿Ya tenían todo planeado? –Asintieron con la cabeza— Bien, vayan. Pero habrá una reunión mañana a las seis en punto.
—No tardaremos.
El par desapareció con las capuchas puestas.
Mientras caminaban por el Camino de la Oscuridad, la conversación sobre el origen de Roxas resurgió, hasta que desembocaron en el tema de la union de éste a la Organización.
—¿Hace cuánto te uniste? –inquirió Félix.
—Tres semanas antes que Xion –respondió el rubio.
—Eso no responde a mi pregunta.
—Y Xion se unió tres días antes que tú.
—¡Tres días! Xemnas encontró dos miembros en una semana.
—Cuatro –ante la mirada extrañada de Félix, continuó:— No todos pasan la prueba, Xefil.
—Un segundo. Si tú naciste cuando Sora estaba en Bastión Hueco y yo nací cuando aún estaba en las islas. ¿Cómo es que al despertar me encontré contigo?
—No lo sé. Pero es posible que la diferencia sea poca, incluso un día.
Félix se quedó en silencio. Miró a Roxas con una mirada seria, como alguien educado, bromeando; luego dijo en actitud infantil:
—¡Ja! ¡Soy mayor que tú!
Ambos soltaron unas buenas carcajadas y finalmente salieron del túnel.
—Sí, sí. Y a un muy buen precio, mi joven —le dijo el hombre del bazaar a Félix, quien se encontraba observando un medallón en forma de ala— ¿Es acaso para una mujer especial?
—No, no. Solamente mirando, no buscamos nada en específico —respondió Félix, mientras dejaba el medallón en la mesa.
Ya había pasado un buen rato desde que habían vencido al Sincorazón. Éste tenía la forma de una torre del castillo, pero en cuanto sintió la Llave-Espada de Roxas, se lanzó hacia ellos.
No tardaron mucho en vencerlo, trabajaban muy bien como equipo. Después de que el líder cayera, las Sombras desparecieron de las callejuelas y la gente ya era libre de salir.
Félix se alejó un poco del puesto para observar una pequeña tienda de ropa de batalla. Una cota de malla debajo de la capa serviría… Pero que pesado, pensó.
Repentinamente un fuerte brazo lo jaló al interior. De entre las desordenadas vestimentas, se escuchó la voz de Roxas:
—¡Ay! Ése es mi pie.
—Lo siento.
—¿Axel? ¿Eres tú? —preguntó Félix.
—Siempre he sido yo. Que yo sepa, jamás he sido otra persona.
—Va… ¿Qué haces aquí?
—Necesito que vengas conmigo. Al Castillo del Olvido. Larxene ha muerto y he descubierto que Marluxia quiere apoderarse de la Organización, usando a Sora como marioneta.
—Si necesitas ayuda, yo puedo acompañarlos —expresó Roxas.
—No. Si tú vienes… pues… la Organización…
—¡¡Tú lo sabes!! —gritaron Roxas y Félix, al unísono.
—Escuchen… Estaba prohibido… Xefil ¿Te vienes conmigo?
—Va. Roxas, lo lamento…
Ambos jóvenes se metieron por el Camino de la Oscuridad, dejando a Roxas atrás.
A diferencia de las veces anteriores, Félix y Axel no tardaron más de unos segundos en cruzar el túnel.
—¿Cómo has hecho eso?
—El Camino de la Oscuridad puede alargarse y contraerse a voluntad, lo cuál es simple si quieres una caminata mañanera.
Estaban en un pasillo completamente blanco, varias columnas se acomodaban al lado de las paredes, y al frente había una puerta de algunos metros de altura de color dorado.
—Ven, creo que está por aquí.
Atravesaron la puerta, cruzando otra habitación blanca. Avanzaron por varias habitaciones más y se encontraron con Marluxia. Tal y cómo Félix le recordaba, era alto, de cabello rosado y su cara siempre emanaba seriedad.
—Vaya… No me esperaba ver al miembro XV aquí —dijo Marluxia, con una voz grave.
—Distráelo… Yo iré con Sora, no puedo dejar que llegue hasta acá —le susurró Axel al oído, luego se oyó el sonido que hace alguien al desaparecer.
—Mira… Parece que tu compañero te ha dejado solo. Dime, ¿Crees que eres capaz de vencerme? —se burló Marluxia.
—No, no creo ser capaz. Estoy seguro… Los traidores son eliminados —respondió Félix, con una sonrisa burlona también.
—¿Y qué vas a hacer, niño? Eres un novato: No controlas incorpóreos, tu arma es demasiado simple y no tienes elemento. Eres peor que un inexistente.
—Te equivocas. He hecho mucho en tu ausencia —materializó sus dagas y su espada enfundada a su espalda. Se lanzó hacia delante con un grito de guerra, pero Marluxia desapareció, dejándo un rastro de pétalos de rosa.
—¡Maricón! ¡Vuelve aquí!
—Ya volví… —escuchó Félix detrás de sí. El sonido del aire al rasgarse y un liquido caliente correr por su espalda. Cayó al suelo entre gemidos, intentando enfocar su energía.
—C-cu-cura… Cura… C-cur-a… ¡Cura! —sintió cómo el músculo volvía tejerse, las vasos sanguíneos se reparaban y la piel cubría de nuevo su espalda.
—Tú tienes tus trucos…
—¡¡Yo también tengo los míos!! —Axel cayó de la nada y dejó caer sus chakrams sobre Marluxia, quien se deshizo entre pétalos de rosa.
—Clones… Son tan útiles — dijo Marluxia, quien se encontraba colgado del techo, de manera innatural. Bajó de un salto y cayó frente a los dos jóvenes.
—Desaparecerás. Tenlo por seguro —le amenazó Félix.
Marluxia soltó una carcajada antes de decir:
—Me sorprende Axel, que muestres tu traidor rostro por aquí.
—¿Axel? —inquirió Félix, mirando a su compañero.— ¿Qué…?
—¿Traidor? No sé de qué me hablas… —expresó Axel, seguro de sí mismo.
—¿Por qué dejar a Naminé libre? Si no fuera por tu estúpida idea, habríamos podido completar el plan —continuó Marluxia.
—Oh, claro. Tu pequeño plan: Utilizar los poderes de Naminé para rehacer la memoria de Sora, y así se convierte en su marioneta. Después, usando a Naminé y a Sora juntos, tú y Larxene se apoderan de la Organización… ¿Tengo razón? —indicó Axel, en un sutil tono burlón.
—Yo diría que tú eres el traidor, Marluxia —señaló Félix, haciendo énfasis en el “tú”.
—¿Desde cuando sospechas de nosotros, Axel? — preguntó Marluxia.
—¿Acaso alguno de nosotros tiene el corazón para confiar en alguien? —se burló Axel. Marluxia se tomó la libertad de reír antes de decir:
—Así que, eliminaste a Vexen para conseguir algo de nuestro plan.
—Mira, yo no quería hacerlo, pero fueron órdenes tuyas — Axel materializó sus chakramas, Félix le siguió y desenfundó su espada, mientras desaparecía sus dagas. Luegó el pelirrojo continuó: —Debes eliminar al traidor… Yo siempre sigo órdenes, Marluxia. Larxene pagó el precio por deslealtad cuando fue eliminada, ¡Tú también debes de pagar! ¡Xefil!
Ambos saltaron sobre Marluxia, uno por cada flanco, pero éste los esquivó sin esfuerzo. Axel lanzó sus chakrams, mientras Félix daba un salto para atacar desde el aire. Marluxia bloqueó las armas de Axel y luego le dio un fuerte golpe a Félix con el mango de la guadaña. El muchacho cayó con un estruendo, cambió de armas de nuevo y se levantó.
—La Organización… Cura… ha sido traicionada. ¡Te eliminaré! —amenazó Félix, de nuevo.
—Esa línea no te corresponde, niño —le respondió su oponente.
—Jeje, tenía que intentarlo una vez.
Félix se lanzó contra Marluxia con las dagas en sus manos, lanzó un golpe con la izquierda, giró sobre sí mismo y le lanzó todo el peso de la derecha. Sin embargo, Marluxia dio un salto hacia un lado y atacó por debajo. Félix fue capaz de esquivar con una voltereta hacia atrás, pero fue sorprendido por una onda expansiva que lo lanzó varios metros. Se levantó mientras Axel atacaba a Marluxia. El pelirrojo fue rechazado y se paró junto a Félix.
De pronto varios pétalos de rosa rodearon a Marluxia, formaron un capullo por unos segundos. Se dispersaron para dejar al descubierto a una chica. Era rubia, llevaba un delgado y blanco vestido para dormir; aunque era un poco menor que Félix, se le veía pequeña e indefensa.
¿Ella es Naminé? ¿Esa pequeña es la bruja capaz de manipular la mente? ¿Es ella la que controla a Sora? Esto es una broma. Pero… ¿Dónde la he visto?
—¿Es ella tu escudo, Marluxia? No te protegerá… —dijo Axel.
Espera… Espera…
—Me pregunto… —dijo Marluxia. Luego, dirigiéndose a alguien detrás, dijo:— ¿Estás escuchando…Sora?
Detrás se escuchó una puerta cerrándose. Marluxia continuó:— Axel dice que no le importa lastimar a Naminé, si va a llegar a mí. No dejarás que eso suceda, ¿verdad?
Félix giró su cabeza. Vio al mismo muchacho del reloj, junto con el pato y la cosa desconocida. Los tres llevaban sus armas preparadas: La Llave-Espada, una báculo y un escudo, respectivamente. Félix se atrevió a hablar:
—Vamos, Sora… ¿Eres ya su marioneta?
—Después de terminar contigo y con Axel, Marluxia es el que sigue —exclamó Sora, levantando su Llave.
—No quisiera luchar contigo, Sora. Tenemos mucho en común, pero…
—¡Pero no podemos desobedecer a la Organización! —gritó Axel, mientras se lanzaba contra Sora, con una ráfaga de fuego siguiéndole.
Lanzó uno de sus chakrams contra Sora, el arma le golpeó de lleno en el pecho. Se curó y lanzó varios golpes hacia Axel.
¡Marluxia! ¡Se escapa!, pensó Félix.
Dejó a Sora y Axel luchando para seguir al traidor. Se metió por varias habitaciones sin éxito alguno. Después de cruzar varias salas, finalmente le encontró en una, esperándole.
—Así que, vienes por mí, niño.
—Sí… Vengo, por ti. Te eliminaré. Es mi deber como…
—¿Miembro? Acabas de traicionar a la Organización al dejar a Axel solo.
—No me vengas con estupideces. Solamente quieres confundirme para… —Un gemido captó la atención de Félix. Naminé estaba atada con cuardas de pétalos a una columna, mientras la guadaña de Marluxia le colgaba sobre la cabeza. El hombre tenía el brazo estirado hacia el arma, dando a entender el típico “No se muevan y nadie saldrá herido”.
—Axel era capaz. ¿Lo eres tú? Me atacas y Naminé muere. Adelante, no tengo arma. Es tu oportunidad, Xefil.
—Maldito cabrón…
—¿Qué? No me vayas a decir que te compadeces. No tienes corazón. Nadie aquí lo tiene.
—Me tienes… Entre la espada y la pared —Félix alzó los brazos, en señal de rendición.
—Cedes demasiado rápido, novato.
—Y tú bajas la guardia muy pronto.
—¿Eh? —detrás de él, una pequeña daga azul cortaba las cuerdas por sí misma.
—Yo no soy más un novato. ¿Sabes cuál es mi elemento? No es aire. Es algo poco común… —el muchacho empezó a levitar lentamente en el aire.- Es gravedad…
Félix materializó su espada y planeó directamente hacia Marluxia. Éste, sin su guadaña, no tenía defensa y levantó sus brazos hacia el rostro en un acto reflejo.
La blanca espada parecía brillar de placer cuando rompió las costillas de Marluxia y se incrustaba en su carne. Sin embargo, no salió sangre: del cuerpo empezaron a salir más y más pétalos de rosa, hasta que éste se deshizo completamente.
—¿Sabes algo, Marluxia? Maldigo a tus putos clones…
Este fue el capi 9 xD Espero que les haya gustado, si no, váyanse al ***** xD No se crean.
Ahora que Narra no está, que alguien más haga la revisión ortográfica, por favor.
Sin nada más que decir, me despido.
Última edición por
Zee el Jue Abr 09, 2009 1:03 am, editado 1 vez en total
Mis vomitadas en FanPlace
Les Awards